Los secretos detrás de un bizcocho esponjoso

Los secretos detrás de un bizcocho esponjoso

Tips claves para lograr la esponjosidad perfecta

El bizcocho es ese dulce que nunca falla y puedes disfrutarlo en cualquier momento del día. Desde el desayuno hasta la hora del té, su versatilidad y la variedad de sabores lo hacen irresistible para todos.

Si bien no lleva ingredientes que nunca hayamos escuchado, cuántas veces os ha pasado de que luego de dedicarle tiempo, ganas y amor para preparar la masa del bizcocho, del horno ha salido mazacote duro como un ladrillo o un bizcocho con un dorado perfecto pero crudo por dentro.

Sí, todos hemos pasado por este momento de rabia, pero ¡ya no más! Aquí os dejamos unos trucos claves para lograr hacer que tus bizcochos sean más esponjosos que una nube.

A la hora de elaborar bizcochos, los puntos más importantes a tener en cuenta para que nos salgan esponjosos son: los ingredientes, la masa y el horneado.

La fórmula del bizcocho

El secreto empieza en la balanza. La pastelería no es como la cocina en la que podemos funcionar a ojo y tener buenos resultados. La pastelería requiere precisión, sus recetas son como fórmulas y debemos pesar los ingredientes con exactitud.

Teniendo presente la fórmula del bizcocho, ahora toca seguir bien los pasos y las indicaciones. Y aquí, os dejamos algunos puntos clave de los ingredientes:

  • Los ingredientes deben estar a temperatura ambiente, para evitar que la masa se corte en algún momento del batido. Para ello, sácalos del frigorífico un rato antes de comenzar la elaboración.

  • El tamaño de los huevos es importante. Por lo general, si la receta no indica nada, la referencia es la de huevos tamaño M, cuyo peso oscila entre 55 y 65 gramos por unidad. Si no tienes o no sabes si son de ese tamaño, ajusta la cantidad necesaria, traduciéndose en el peso por gramo. De esta manera, evitamos agregar más líquido del necesario a nuestras masas.

  • La sal es un ingrediente que realza los dulces, siempre en pequeñísimas cantidades. De todos modos, si utilizas mantequilla con sal, puedes prescindir de ella.

  • La harina común de trigo es la base. También existen muchas mezclas que añaden impulsor químico a la harina y la comercializan como harina para bizcochos, lo que evita tener que agregar este impulsor después. Sin embargo, siempre es mejor utilizar harina de trigo e impulsor de manera separada, así controlamos la cantidad que usamos de este último.

  • El impulsor químico, popularmente conocido como levadura Royal, es el ingrediente correcto para elaborar bizcochos, puesto que reacciona con el calor durante el horneado. No debemos confundirlo nunca con la levadura de panadería. Su uso es opcional.

La técnica del batido

Para que un bizcocho salga esponjoso, la masa tiene que contener mucho aire y esto se consigue en el momento del batido.

Ahora bien, el batido adecuado puede hacerse con los huevos enteros junto con el azúcar o con los huevos separados: yemas y azúcar por un lado y claras por otro. La elección es tuya. Veamos algunas claves:

  • Batir los huevos y el azúcar juntos puede llevar tiempo, pero ¡vale la pena! Si los batimos cerca de una fuente de calor el proceso se acelera y el resultado es excelente. Cuando la masa haya triplicado su volumen y se haya vuelto blanquecina, podemos dejar de batir.

  • La incorporación de aire en la masa también se realiza mediante el tamizado de la harina. Si realizamos este paso correctamente, no será necesario utilizar impulsor químico. No obstante, si optamos por usarlo, lo tamizamos también junto con la harina.

  • Es importante agregar la harina al huevo batido de forma inmediata, para que no se pierda el aire incorporado, así como remover con mucha suavidad y lo menos posible, hasta que no queden grumos.

Las reglas de oro del horneado

Una vez lista la masa, ¡no hay tiempo que perder! y hay que hornear el bizcocho inmediatamente. Para ello, deberemos tener nuestro molde preparado y el horno a la temperatura adecuada. Ahora bien, es importante que

  • Untes el molde con mantequilla y lo espolvoreamos con harina para evitar que se pegue la masa.

  • Repartas bien la masa en el molde

  • Conozcas bien cómo funciona tu horno. La temperatura adecuada del horno, en este caso, es de 180ºC, viniendo el calor de las partes superior e inferior por igual. Pero, cada horno es un mundo y debes experimentar con los vuestros para dar con la temperatura, posición y altura que funcionan con los vuestros.

  • Si el bizcocho sube sólo por los lados, necesita más calor y si sube excesivamente por el centro, necesita menos calor.

  • No abras el horno constantemente durante el proceso.

  • Dejes que el bizcocho se atempere antes de desmoldarlo y cortarlo. De esta manera, las migas se asentarán y no se te romperá.

Siguiendo estos consejos y manteniendo la fórmula, la esponjosidad de tus bizcochos serán la envidia de todos y, los sorprenderás en cada bocado.